Saudi Aramco está valorada aproximadamente en 2 billones de dólares, una cifra que deja pequeños a gigantes actuales como Apple o Exxon Mobil.
Es un mal momento para que una petrolera se lance al mercado de capitales. Si bien ha iniciado una empinada recuperación, el petróleo aún está a la mitad del precio que estaba en 2014, pero para 2018, una mega compañía promete la mayor salida a Bolsa de la historia.

Se trata de Arab America Oil Company (Aramco), la empresa estatal de petróleo y gas con sede en el centro de Arabia Saudita. La compañía refina 5,4 millones de barriles diarios y produce 12.000 millones de pies cúbicos durante 2015, estableciéndose como la mayor energética del mundo.
Saudi Aramco tiene un ambicioso plan de reformas cuyo objetivo es reducir la dependencia del crudo, desarrollando inversiones y aumentando exportaciones para el año 2030. El proyecto incluye la venta de hasta 5% de las acciones de la estatal y sus filiales, valorando a la empresa en 2 billones de dólares, tres veces la capitalización de Apple.
La recuperación petrolera
Pero ahora no es el momento…
Después de meses de negociaciones y especulaciones, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordó un corte de la producción en septiembre, el primero desde que inició la crisis de precios en 2014, una señal suficientemente fuerte para que los inversores busquen nuevas fuentes de ingreso con el rebote por venir.
El acuerdo requiere de confirmación en noviembre próximo y consistió en recortar la producción de crudo a un rango de 32,5 millones de barriles diarios, con el objetivo de frenar la caída del precio del crudo, lastrado por un exceso de oferta.
Amin Nasser, CEO de Saudi Aramco, espera una recuperación del mercado durante 2017 que termine en 2018.
El plan de salir a la Bolsa
El objetivo de este proceso será hacer que la economía nacional deje de depender del crudo para diversificar las inversiones y fuentes de ingreso. El plan para salir a Bolsa es parte de esa transformación.
Sus autoridades han admitido tener una adicción al crudo a tal punto que ha retrasado el desarrollo de otros sectores. El plan aspira entonces a que en 2020 el país pueda vivir sin depender del crudo.
Esa estrategia también es un modo de blindarse ante eventuales crisis como la que arrastra la industria desde el año 2013 cuando los precios iniciaron su desplome hasta tocar un piso en los 26 dólares por barril.
La mayor OPI de la historia
La empresa ha revelado que su capitalización de mercado es de 2 billones de dólares. Si el mercado accede, vendería solo 5% de sus acciones, lo que serían aproximadamente 100 mil millones de dólares, 4 veces la cifra de Alibaba en 2014, la más grande hasta la fecha.
Los detalles de la venta serán decididos por el príncipe Mohammed Bin Salman, que supervisa el plan para la diversificación económica.
Bajo su plan, Arabia Saudita quiere aumentar los ingresos no petroleros seis veces, a 266 millones de dólares en 2030 y crear fondos públicos por mil 900 millones de dólares para invertir en el país y en el extranjero.
Además de la fecha exacta y el tamaño de la salida a Bolsa, Saudi Aramco también deberá decidir en qué mercado cotizará, dado que el tamaño de la empresa en el mercado bursátil podría empequeñecer incluso a las más grandes de hoy en día como Apple o Exxon Mobill.
Las opciones que se evalúa, de momento, es en los principales mercados: New York, Londres, Hong Kong y Tokio. “Si hablamos de 2018, probablemente sea donde nos sentimos cómodos y capaces de satisfacer todas las necesidades del mercado”.
¿Saudi Aramco, la mejor inversión de la historia?
Lo cierto es que no hay garantías de que sea así. De hecho, hay riesgos para aquellos que buscan hacerse con un poco de esta bonanza, debido a que es imposible saber si la demanda por parte de los inversores será suficiente, especialmente si los sauditas, famosos por su hermetismo, no proveen suficiente información.
En última instancia, Aramco Saudi también podría reducir sus ambiciones y hacer una colocaciones modesta en la bolsa local.
Cualquiera sea el caso, los accionistas cuentan con escasas probabilidades de poseer las reservas petroleras del reino. Sin embargo, se estima que el vehículo de inversión que cotice tendrá los derechos a largo plazo para extraer el crudo.