La nueva licitación de deuda por parte del Tesoro nacional trae consigo una oportunidad única para los inversores. Conocé a continuación los detalles.
En el marco del plan de endeudamiento ejecutado por el gobierno macrista, han surgido numerosas alternativas de inversión para el ahorrista local. Entre ellas, figura el nuevo bono argentino con rendimiento a tasa fija.

Por si aún no supiste nada sobre esta novedad, te contamos que el Tesoro nacional está licitando hoy dos nuevos títulos en pesos, a tasa fija a 7 y 10 años. Así, el Gobierno va terminando de armar la curva de pesos. Las amortizaciones tendrán lugar íntegramente el 17 de octubre de 2023 y 2026, con un cupón semestral definido en el proceso de emisión.
Los analistas estiman un corte entre 15,50% y 16% para estos papeles.
Si bien la tasa de dos dígitos llama la atención de los inversores, es importante comparar este título con el bono CER, que ofrece mejores retornos en función de la inflación y la evolución del dólar proyectadas a futuro, ya que después de todo, esos son las variables que todo ahorrista busca superar con sus apuestas financieras en la Argentina.
Bonos CER versus Bonos a tasa fija
De la nueva emisión a tasa fija, el título a 2016 es la opción que se perfila con mayor potencial, debido a que es el más representativo teniendo en cuenta todos los mercados de América Latina, tanto en dólares como en moneda local. En esa línea, los cálculos sugieren que éste cortaría en 15,50% y 16%, mientras que los bonos ajustables por CER rinden 4% en términos reales.
Partiendo de un escenario en el que el Banco Central (BCRA) sea exitoso en sus objetivos y la tasa de avance de precios se ubica en 6,50% anual para el período 2021-2026, la inflación promedio para los próximos 10 años es de 10,50%. A partir de este dato, se le suma la tasa real con la cual cotiza el Discount Pesos (DICP) que es 3,70%, ya que es el bono largo ajustable por inflación más líquido que existe como referencia. De esta manera se llega a un valor de 14,20% de TIR, como punto de equilibrio.
En función de estas estimaciones, los expertos explican que el mercado le va a pedir más que esta tasa de equilibrio a este activo, ya que se trata de un bono en pesos a 10 años que no ofrece ninguna cobertura.
Partiendo de un escenario en el que el Banco Central (BCRA) sea exitoso en sus objetivos y la tasa de avance de precios se ubica en 6,50% anual para el período 2021-2026, la inflación promedio para los próximos 10 años es de 10,50%. A partir de este dato, se le suma la tasa real con la cual cotiza el Discount Pesos (DICP) que es 3,70%, ya que es el bono largo ajustable por inflación más líquido que existe como referencia. De esta manera se llega a un valor de 14,20% de TIR, como punto de equilibrio.
En función de estas estimaciones, los expertos explican que el mercado le va a pedir más que esta tasa de equilibrio a este activo, ya que se trata de un bono en pesos a 10 años que no ofrece ninguna cobertura.
¿Qué opinan los analistas del nuevo bono argentino?
Para los inversores locales que estén apostando a una desaceleración de la inflación a paso veloz, este instrumento es muy atractivo. Lo mismo que paras quienes cuenten con una gran exposición a los bonos con CER y quieran cubrirse en caso de que tenga lugar un escenario donde la inflación baja muy rápido.
Al mismo tiempo, esta alternativa permite diversificar la cartera. No obstante, los analistas advierten que al inclinarse por este tipo de activos, se debe prestar especial atención a los bonos dolarizados, ya que tienen más potencial en un contexto en el que el tipo de cambio iguale al avance de precios en 2017.
Para inversores locales que esperan un ritmo de aumento del tipo de cambio más rápido, la opción del bono en dólares prevalecería por sobre la del bono a tasa fija en pesos. Por el contrario, para el inversor que espera un ritmo de aumento del dólar más lento, la alternativa del bono a tasa fija se vuelve más atractiva.
De acuerdo con declaraciones de Eric Ritondale, Economista Senior para la consultora Econviews, citadas por El Cronista, “este bono es atractivo para una serie de distintos tipos de inversores: quienes entren del exterior están pensando en un dólar planchado y hacer carry-trade por unos meses en tanto esa expectativa se sostenga. Claramente estos inversores que entren son aquellos que ven el dólar más planchado en 2017, y justamente a este tipo de inversor, un instrumento a tasa fija le es útil”.
Desde el lado del rendimiento del bono a tasa fija en relación a la inflación esperada, cuanto más cerca estén las expectativas de avance de precios del inversor de la banda superior del sendero de los objetivos establecidos por el BCRA, es decir, 17% en 2017, 12% en 2018 y suponiendo 6,5% en adelante, adquirir instrumentos de tasa fija a 10 años en la zona de 16% tiene sentido. En contraste, a medida que las expectativas de inflación del inversor superen el sendero de metas del BCRA, la tasa real esperada del bono a tasa fija empieza a licuarse.
Como podés ver se trata de una alternativa a tasa fijas en lo que podría ser conveniente colocar tus ahorros.
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